
GP de Monaco
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GP de Monaco
Bueno bueno que vueltas se estan dando, Alonso sin ruedas, con los controles de traccion como si fuese en mojado, y Raikonen el primero. Estos Mercedes empiezan a ir de pm 

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Piloto de Calibra y flecha plateada.
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- Carlos
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Por lo visto hoy y en otras carrras anteriores Renault tiene serios problemas de estratejia, Alonso fenomenal Renault desastrosa Mclaren y Raikkonen les van a comer la diferencia a este paso en muy poco tiempo, Ferrari más de lo mismo no tiene neúmaticos eficaces para clasificar pero luego cunden lo suyo.
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- TonyCalibri
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- Carlos
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La Formula 1 se compone del binomio piloto monoplaza, cuando uno de ellos no esta a la altura el otro poco puede hacer, ahora mismo el binomio más fuerte es el de Mclaren Raikkonen (podemos observar que el otro monoplaza de Mclaren no se come un rosco en manos de Montoya) en el caso contrario tenemos a Schumacher el cual por muy bien que lo haga no puede optar ahora mismo a nada importante el carecer de un monoplaza efectivo.
Calibra 2.0i 115cv C20NE año 92 recycled
Agencia EFE:
Si la victoria de Raikkonen, como la de hace dos semanas en Barcelona, ha sido aplastante, sin perder la cabeza de la prueba desde la salida a la meta, la táctica de Renault ha estado a punto de costarle un buen puñado de puntos a Alonso. La clave de lo que ha podido ser un desastre -Giancarlo Fisichella terminó duodécimo a una vuelta del vencedor, cuando en los primeros compases de la carrera era tercero tras Raikkonen y Alonso- estuvo en el trompo que dio Christijan Albers (Minardi-Cosworth) en la curva de Mirabeau. El holandés bloqueó la pista, lo que obligó al director de carrera a neutralizar la carrera con el coche de seguridad.
En el incidente de Albers, el más perjudicado fue el escocés David Coulthard (Red Bull Racing), a quien se le rompió la suspensión trasera derecha el alemán Michael Schumacher (Ferrari), que tuvo que detenerse, cuando por fin pudo pasar, para cambiar el morro del coche. La salida del coche de seguridad en la vuelta 24 fue aprovechada por Renault para hacer entrar a sus dos pilotos para repostar. Todavía quedaban 54 vueltas para el final de la carrera y cargaron el coche a tope de gasolina. Fisichella tuvo que esperar pacientemente a que Alonso se incorporara a la pista para realizar la misma operación.
Alonso perdió un solo puesto en la operación y se colocó tercero, tras Raikkonen y el italiano Jarno Trulli (Toyota), pegado a éstos tras el coche de seguridad. Pero lo que parecía una decisión técnica genial se iba a convertir en una pesadilla para los dos pilotos. Con el coche cargado a tope de gasolina para poder hacer los dos tercios de carrera que faltaban, las ruedas, a pesar de ser del compuesto más duro, se degradaron, por el peso, a un ritmo vertiginoso. Los tiempos de Alonso y de Fisichella, que había bajado a la octava posición, eran dos segundos y medio más lentos que los del resto de sus rivales. Después de que a mitad de carrera se hubieran detenido a repostar todos los coches, la prueba se partió en dos.
Raikkonen era líder destacado por delante de Alonso, tras el que se agolpaban los dos Williams-BMW del australiano Mark Webber y del alemán Nick Heidfeld, que también se habían detenido cuando se neutralizó la carrera, para una estrategia de dos paradas. A medio minuto Fisichella hacía de tapón a Trulli, al colombiano Juan Pablo Montoya (McLaren-Mercedes), al alemán Ralf Schumacher (Toyota), a los Ferrari del brasileño Rubens Barrichello y del alemán Michael Schumacher y a los Sauber del brasileño Felipe Massa y del canadiense Jacques Villeneuve -estos dos últimos quedarían fuera de éste tren al tocarse ambos en la curva de Santa Devota-. Alonso controlaba mejor a los Williams que Fisichella a sus perseguidores- y a 14 vueltas del final Trulli lanzó el ataque decisivo a su compatriota. En la bajada a la horquilla de la antigua estación, Trulli le metió el coche a Fisichella, consiguió adelantarle y le apartó de la trayectoria. En dos curvas, hasta la entrada al puerto, Fisichella perdió cinco posiciones.
Trulli, sin embargo, no sacó fruto de su trabajo, ya que en la maniobra tocó fuertemente el bordillo interior y dañó el coche, lo que le costó una parada en boxes y pasar al décimo puesto. Fernando Alonso tuvo que emplear todos los trucos para mantener su segunda posición. Conectaba la luz de lluvia, que actúa sobre el control de tracción, para tratar de que, al menos, no empeorara el comportamiento del coche. En situación de indefensión, el español tuvo que dejar pasar primero a Heidfeld y, tres vueltas después, tras haber tenido que saltarse la variante de entrada al puerto para defender su posición, a Mark Webber, cuando sólo faltaban cuatro giros para terminar la carrera.
Pero lo peor estaba por llegar. El grupo que había dado buena cuenta de Fisichella, capitaneado por Juan Pablo Montoya, al que llevaba nueve segundo de ventaja, le dio alcance en menos de dos vueltas, y aún quedaban otras dos para llegar a meta. Se temía un ataque suicida de Montoya a la fortaleza de Alonso, porque si le adelantaba le proporcionaba más puntos a su compañero de equipo Raikkonen. Pero finalmente el asturiano cruzó la línea para salvar un cuarto puesto duramente conquistado.
Al final todos se podían consolar con el resultado logrado: Alonso porque había salvado cinco puntos cuando se podía haber quedado sin ninguno; Montoya porque había remontado desde la decimosexta posición a la quinta; Ralf Schumacher de la 18 y última a la sexta y los Ferrari de Michael Schumacher y Barrichello, que en la última vuelta cambiaron sus posiciones, por haber podido sumar dos y un punto, respectivamente. Alonso, que cuenta con 49 puntos en la clasificación del mundial, mantiene una sustancial ventaja sobre Kimi Raikkonen, que ha ascendido ya al segundo puesto con 27 puntos.
Un Saludo.
Si la victoria de Raikkonen, como la de hace dos semanas en Barcelona, ha sido aplastante, sin perder la cabeza de la prueba desde la salida a la meta, la táctica de Renault ha estado a punto de costarle un buen puñado de puntos a Alonso. La clave de lo que ha podido ser un desastre -Giancarlo Fisichella terminó duodécimo a una vuelta del vencedor, cuando en los primeros compases de la carrera era tercero tras Raikkonen y Alonso- estuvo en el trompo que dio Christijan Albers (Minardi-Cosworth) en la curva de Mirabeau. El holandés bloqueó la pista, lo que obligó al director de carrera a neutralizar la carrera con el coche de seguridad.
En el incidente de Albers, el más perjudicado fue el escocés David Coulthard (Red Bull Racing), a quien se le rompió la suspensión trasera derecha el alemán Michael Schumacher (Ferrari), que tuvo que detenerse, cuando por fin pudo pasar, para cambiar el morro del coche. La salida del coche de seguridad en la vuelta 24 fue aprovechada por Renault para hacer entrar a sus dos pilotos para repostar. Todavía quedaban 54 vueltas para el final de la carrera y cargaron el coche a tope de gasolina. Fisichella tuvo que esperar pacientemente a que Alonso se incorporara a la pista para realizar la misma operación.
Alonso perdió un solo puesto en la operación y se colocó tercero, tras Raikkonen y el italiano Jarno Trulli (Toyota), pegado a éstos tras el coche de seguridad. Pero lo que parecía una decisión técnica genial se iba a convertir en una pesadilla para los dos pilotos. Con el coche cargado a tope de gasolina para poder hacer los dos tercios de carrera que faltaban, las ruedas, a pesar de ser del compuesto más duro, se degradaron, por el peso, a un ritmo vertiginoso. Los tiempos de Alonso y de Fisichella, que había bajado a la octava posición, eran dos segundos y medio más lentos que los del resto de sus rivales. Después de que a mitad de carrera se hubieran detenido a repostar todos los coches, la prueba se partió en dos.
Raikkonen era líder destacado por delante de Alonso, tras el que se agolpaban los dos Williams-BMW del australiano Mark Webber y del alemán Nick Heidfeld, que también se habían detenido cuando se neutralizó la carrera, para una estrategia de dos paradas. A medio minuto Fisichella hacía de tapón a Trulli, al colombiano Juan Pablo Montoya (McLaren-Mercedes), al alemán Ralf Schumacher (Toyota), a los Ferrari del brasileño Rubens Barrichello y del alemán Michael Schumacher y a los Sauber del brasileño Felipe Massa y del canadiense Jacques Villeneuve -estos dos últimos quedarían fuera de éste tren al tocarse ambos en la curva de Santa Devota-. Alonso controlaba mejor a los Williams que Fisichella a sus perseguidores- y a 14 vueltas del final Trulli lanzó el ataque decisivo a su compatriota. En la bajada a la horquilla de la antigua estación, Trulli le metió el coche a Fisichella, consiguió adelantarle y le apartó de la trayectoria. En dos curvas, hasta la entrada al puerto, Fisichella perdió cinco posiciones.
Trulli, sin embargo, no sacó fruto de su trabajo, ya que en la maniobra tocó fuertemente el bordillo interior y dañó el coche, lo que le costó una parada en boxes y pasar al décimo puesto. Fernando Alonso tuvo que emplear todos los trucos para mantener su segunda posición. Conectaba la luz de lluvia, que actúa sobre el control de tracción, para tratar de que, al menos, no empeorara el comportamiento del coche. En situación de indefensión, el español tuvo que dejar pasar primero a Heidfeld y, tres vueltas después, tras haber tenido que saltarse la variante de entrada al puerto para defender su posición, a Mark Webber, cuando sólo faltaban cuatro giros para terminar la carrera.
Pero lo peor estaba por llegar. El grupo que había dado buena cuenta de Fisichella, capitaneado por Juan Pablo Montoya, al que llevaba nueve segundo de ventaja, le dio alcance en menos de dos vueltas, y aún quedaban otras dos para llegar a meta. Se temía un ataque suicida de Montoya a la fortaleza de Alonso, porque si le adelantaba le proporcionaba más puntos a su compañero de equipo Raikkonen. Pero finalmente el asturiano cruzó la línea para salvar un cuarto puesto duramente conquistado.
Al final todos se podían consolar con el resultado logrado: Alonso porque había salvado cinco puntos cuando se podía haber quedado sin ninguno; Montoya porque había remontado desde la decimosexta posición a la quinta; Ralf Schumacher de la 18 y última a la sexta y los Ferrari de Michael Schumacher y Barrichello, que en la última vuelta cambiaron sus posiciones, por haber podido sumar dos y un punto, respectivamente. Alonso, que cuenta con 49 puntos en la clasificación del mundial, mantiene una sustancial ventaja sobre Kimi Raikkonen, que ha ascendido ya al segundo puesto con 27 puntos.
Un Saludo.
Calibra 2.0i 16V Negro (En recuperación en el dique seco, fase final)
“POR LA LIBERTAD ASÍ COMO POR LA HONRA SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA” (Don Quijote a Sancho)
"La más alta ocasión que vieron los siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros" (D. Miguel de Cervantes Saavedra refiriéndose a la batalla de Lepanto, año de 1571)
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- Carlos
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La verdad es que los comentarios de Pedro de La Rosa son muy buenos a años luz de la de los comentaritas, he incluso tiene mejor visión de carreras que los ingenieros de Ranault, es una enorme pena que Pedro no disponga un volante para poder competir.
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Una cagada absoluta de Renault en la estrategia de carrera que ha costado tres sabrosos puntitos ... y podía haber costado mucho más. A quien se le ocurre entrar a repostar con el pace-car en pista, en vez de aprovecharlo para pegarse otra vez a Raikonnen
. Fisico haciendo cola para repostar
. Con tanto peso a mitad de carrera, normal freír las gomas.
Si el McLaren de Kimi es más rápido, hay que ir a por el segundo puesto, cazar ocho puntos y los experimentos con gaseosa, que luego se te cuelan los Williams. Briatore debería estar repartiendo collejas entre los suyos.
O espabilan en Renault o McLaren nos lo va a hacer pasar todavía peor de lo previsto ...


Si el McLaren de Kimi es más rápido, hay que ir a por el segundo puesto, cazar ocho puntos y los experimentos con gaseosa, que luego se te cuelan los Williams. Briatore debería estar repartiendo collejas entre los suyos.
O espabilan en Renault o McLaren nos lo va a hacer pasar todavía peor de lo previsto ...


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Michelin culpa a Renault de la elección de los neumáticos
La pésima elección de neumáticos de Renault fue la protagonista del día en Mónaco. La dolorosa visión de las ruedas traseras de Fernando Alonso, tan lisas como el culete de un bebé, acompañaron a la afición española más de 40 vueltas. ¿Porqué se llegó a esto? ¿Quién los eligió? Pues se eligieron en los pasados test de Renault en Paul Ricard (Francia), hace dos semanas (del 10 al 13 de mayo), test en los que participaron Franck Montagny y Heiki Kovalainen, probadores de Renault.
La culpa no es sólo de ellos, ya que transmiten sus sensaciones, sino también de los ingenieros que evalúan su fiabilidad de ese compuesto de Michelin para un asfalto como Mónaco. Y evaluaron mal.
Luego, en Mónaco, Michelin ofreció tres diferentes soluciones para ese neumático seleccionado y en el equipo, al darse cuenta que se desgastaba bastante, eligieron la versión más dura, pero “aún escogiendo los neumáticos más duros, seguían siendo demasiado blandos para nuestro coche”, reconocía el propio Fernando Alonso. El vicio estuvo, por tanto, en el origen. “Sí, claro que Michelin y Renault hablamos constantemente, pero la decisión no es nuestra ni tampoco construimos los coches”, señaló a MARCA Pierre Dupasquier, director de Michelin.
“Renault ya sabía desde el viernes que este neumático era arriesgado. Es más, lo sabían desde que lo eligieron en los tests y durante este fin de semana lo han podido ver”. Dupasquier no se siente responsable de lo ocurrido. “Para nada, Williams y Renault llevaban el mismo compuesto y unos tuvieron problemas y otros no, así que hay que buscar las causas de la degradación en otro sitio”. Quizás un motivo sea que Williams paró dos veces y nunca llenó el depósito con demasiado peso, al contrario de los Renault: “Renault podría haber manejado mejor la situación. El neumático no es culpable”.
La pésima elección de neumáticos de Renault fue la protagonista del día en Mónaco. La dolorosa visión de las ruedas traseras de Fernando Alonso, tan lisas como el culete de un bebé, acompañaron a la afición española más de 40 vueltas. ¿Porqué se llegó a esto? ¿Quién los eligió? Pues se eligieron en los pasados test de Renault en Paul Ricard (Francia), hace dos semanas (del 10 al 13 de mayo), test en los que participaron Franck Montagny y Heiki Kovalainen, probadores de Renault.
La culpa no es sólo de ellos, ya que transmiten sus sensaciones, sino también de los ingenieros que evalúan su fiabilidad de ese compuesto de Michelin para un asfalto como Mónaco. Y evaluaron mal.
Luego, en Mónaco, Michelin ofreció tres diferentes soluciones para ese neumático seleccionado y en el equipo, al darse cuenta que se desgastaba bastante, eligieron la versión más dura, pero “aún escogiendo los neumáticos más duros, seguían siendo demasiado blandos para nuestro coche”, reconocía el propio Fernando Alonso. El vicio estuvo, por tanto, en el origen. “Sí, claro que Michelin y Renault hablamos constantemente, pero la decisión no es nuestra ni tampoco construimos los coches”, señaló a MARCA Pierre Dupasquier, director de Michelin.
“Renault ya sabía desde el viernes que este neumático era arriesgado. Es más, lo sabían desde que lo eligieron en los tests y durante este fin de semana lo han podido ver”. Dupasquier no se siente responsable de lo ocurrido. “Para nada, Williams y Renault llevaban el mismo compuesto y unos tuvieron problemas y otros no, así que hay que buscar las causas de la degradación en otro sitio”. Quizás un motivo sea que Williams paró dos veces y nunca llenó el depósito con demasiado peso, al contrario de los Renault: “Renault podría haber manejado mejor la situación. El neumático no es culpable”.
La nueva era japo se acerca

