
Pero yo tampoco pierdo el tiempo.


Como el fin de semana es corto y había mucho que hacer, sólo quedó tiempo para ir el domingo al Legends. Pero el domingo era el día, el Spitfire's Day, siendo la del 2006 una ocasión especial al celebrarse el 70 aniversario de este juguetito.
La mañana del 9 de julio no era muy halagüeña. Grises nubarrones cubrían el cielo del sur de Inglaterra, amenazando con pasar por agua un día de viejas glorias.
Diversos factores, como venir desde lejos, impidieron llegar a Duxford tan temprano como hubiera sido deseable. Poco antes del air show, el cielo amenazaba lluvia y hacía frío. Un buen momento para visitar el museo y algunas piezas únicas:
Estos chismes no vuelan, pero aún así quitan el hipo. Ahí mismo estaban, casi se podían tocar...

Una panorámica de campo. Éstos estaban impacientes por ganar airborne. La identificación la dejo a los maestros...


Lo primero que me impactó es ver un Mig-21. Cuando alucinas con lo que los soviéticos eran capaces de hacer con tan pocos recursos, no puedes evitar pararte un par de minutos en silencio frente a los remaches de este viejo Mig. Todo motor. El piloto debía de llevar buena calefacción en el asiento:

No es la primera vez que tengo un pajarito con prpiedades stealth al alcance de la mano. Pero sí es la primera vez que tengo a menos de un metro un turborreactor capaz de empujar (con su gemelo) a un Blackbird hasta Mach 3,6. Esto es 18 veces más rápido que el cali, a todo lo que da. Dieciocho veces.


Detalle del tren de aterrizaje. Una de las mayores piezas de titanio macizo jamás hechas, al menos en la época. Uno de los muchos records del SR-71. Curiosamente, el titanio de donde salía era soviético... Y allí volvería montado en el Blackbird, a 75 000 pies de altura...

Detalle del cono deflector. Detrás de él va montado el turborreacotr de arriba. Entonces no lo sabía, pero la nave del Comando G que tanto me flipaba de crío a finales de los 70, estaba inspirada claramente en un Blackbird. Lo comprendí en cuanto ví por primera vez un Lockheed SR-71, ya en los años 80.

Dentro del museo, tardé un rato en darme cuenta. Aquella cosa negra no era el techo. En realidad, era parte de algo enorme, muchas veces más grande que cualquiera de los pequeños cazas que había dentro del pabellón. Mucho mayor que un SR-71. No hay ángulo para sacar el fuselaje entero. Pero para identificarlo debería bastar este detalle, que aquí haría el #1. Está propulsado por cuatro como éste:

No contaba ya con ver entero uno de estos. Lástima que el airshow estuviera a punto de empezar y no diera tiempo a visitarlo por dentro. Ante ustedes, un deHavilland Comet. Uno de los primeros jets civiles. Los viejos Comet son los que por fin jubilaron a ingenios de la escuela del Superconstellation (lamentablemente, niguna Connie presente en Duxford). El Comet reducía el tiempo de cruzar el charco a la mitad, y encima volaba a todo confort por encima de nubarrones tormentosos. Todo un lujo para la época.
La trágica historia del Comet es un defecto de diseño que llevaba a la fatiga prematura de materiales del fuselaje. Al menos tres Comet se estrellaron antes de dar con el fallo y corregirlo. El frontal característico de Havilland tiene un diseño que para mí ha hecho historia.

Vilviendo a la aviación de pistones, ver en vuelo a esta Fortaleza debería ser suficiente para derrotar psicológicamente al enemigo. Su identificación exacta la dejo para espontáneos más versados que yo en esto. Se ve, se siente... queremos batallita!


A ver quién me dice qué tenemos aquí... No es una adivinanza, es que yo no me acxuerdo...



Siempre me han impresionado las hélices contrarrotantes. Las de la foto pertenecen a un Vickers, si no recuerdo mal... Pero no me pregunteis por el modelo exacto.


...y aquí, estos gentlemen jugando al Crickett mientras esperan a la siguiente misión...



Pero llega la hora. Se hace silencio. Todo el mundo se apelotona en la línea de contención. El primer Spitfire enciende su motor. El V12 ruge. Y cómo ruge!!! ¿Hay algo más impresionante que el sonido de un Spitfire a escasos tres metros de nosotros?


La respuesta es un rotundo SÍ: El concierto de un escuadrón de Spitfires prestos a despegar. Esto es sencillamente indescriptible y apenas se puede oír en unos pocos sitios en todo el mundo, o acaso sólo uno: Duxford. No tiene sentido hablar más sobre ello. Se está ahí para escucharlo, o se queda uno con las ganas.

Y con esto, creo que está bien para empezar (porque hay muchas más fotos). Es tarde y los horarios no perdonan. Me voy a la piltra. Bueno, si no os gusta me lo decís, y no pongo más...
