Si lo pensamos, un coche medio, que te lleva y te trae, sin demasiadas excentricidades, viene a tener un precio que está en el orden de magnitud del salario bruto anual de un currante, lo que me parece una absoluto despropósito para un instrumento de transporte privado personal, y que sólo se mantiene así gracias a que hemos asumido que tenemos que pagar por todo ello (intenta vender hoy un coche sin airbag, ABS, con carrocería de plástico, sin insignias cromadas o que no parezca rabiosamente nuevo)
No creo que haya posibilidades en el mercado nuevo que respondan a lo que debería entenderse como UTILITARIO. Voy a intentar enumerar algunas características que aproximen el concepto, a ver si aportais también alguna idea:
Ante todo, debe de ser ECONÓMICO, esto significa:
1.- Bajos costes de ADQUISICIÓN
2.- Bajos costes de EJECUCIÓN (o sea, consumir poco...)
3.- Bajos costes de MANTENIMIENTO (mecánica sencilla y robusta, piezas baratas...)
4.- Tamaño reducido y buena habitabilidad y accesibilidad.
En este vehículo no priman tanto las prestaciones, sino el desplazar gente (people-mover) aunque sea a velocidades reducidas.
Un gran ejemplo histórico de un vehículo de estas características, lo encontramos, en mi opinión, en el Citroën Mehari. Con una carrocería de plástico que no sufría los efectos de la corrosión y mantenía el peso contenido, era un vehículo que se acerca bastante a este concepto:

El motor no podía ser más sencillo: El bicilíndrico del 2 CV, refrigerado por aire. Sin problemas de manguitos, fugas, anticongelante...
Quedan muy pocos ya de estos, y son objeto de coleccionista. Su precio, por las nubes.
Lamentablemente, la técnica parece que tiende a buscar nuevos problemas más que a traer soluciones reales. Si combinamos estas ideas del pasado con las posibilidades modernas, podríamos obtener un transporte realmente económico. Imaginemos un utilitario tipo Mehari con un sistema sencillo de inyección o carburador electrónico, bebiendo gasolina de 91 octanos, chapa de fibra o plástico que no hay que pintar, suspensión de ballestas, motor de dos o cuatro cilindros, refrigeración por aire... Tendríamos un coche baratísimo de fabricar, que no daría casi averías y sería muy barato de mantener.
En su lugar, tenemos la pescadilla que se muerde la cola, llegamos casi al paroxismo de vender el coche para comprar gasolina... un contexto legal que obliga a que los coches contaminen poco... a base de añadirles complicados mecanismos que empeoran su rendimiento y le añaden peso, obligando así a fabricar mayores y más contaminantes motores para mover esa carga inútil. Un mercado que nos obliga a cambiar de coche cada pocos años... Anda que no será antiecológico cambiar tanto de coche... ¿No sería mejor aprovechar las posibilidades y la vida útil de los que ya hay? ¿Y simplificar los diseños sacando partido de la tecnología disponible en lugar de complicarlos cada vez más? ¿No es acaso el coche más limpio aquel que no se fabrica? ¿Y la gasolina que menos contamina aquella que no se tiene que invertir en mover peso muerto?
Hace algunas semanas se me acusaba de hipócrita en un conocido foro de coches, al hilo del Protocolo de Kyoto... por conducir un V6. El acusador conducía un petrolero de última generación.
Me gustaría tener un coche poco contaminante para ir a trabajar, a la compra, o para pequeños desplazamientos. Y resignarme a mantener el cali para paseos supersónicos (bastante pago ya en concepto de impuestos de polución para lo que contamina). Pero todo está en contra mía. No hay en el mercado nuevo un vehículo que se adapte a lo que necesito. Tengo que comprarlo con un montón de extras y pijadinas que no me hacen falta, y que llevan su peso final peligrosamente cerca de los casi 1400 kg de mi deportivo de 4.5 metros de eslora. Si compro un vehículo más espartano, con muchos años, el estado me asesinará a impuestos porque dice que contamina mucho, pese a contribuir al reciclaje y al ahorro energético, de materiales y fabricación, porque evito tener que fabricar un coche nuevo para mí.
Y tengo que pagar dos seguros, aunque sea materialmente imposible conducir dos coches a la vez. Y dos impuestos (calibra + 2º coche) por contaminar, pese a que cuanto más use el otro menos uso el calibra y menos contamino, y el uso neto de coche sea el mismo.
Si un día quiero ir a Munich, es de vergüenza que me salga más barato ir yo solo en mi V6 que un billete de ida y vuelta en el tren. En cambio, pueden ir cinco personas en el tren por menos del doble de un billete simple. ¿Es de recibo?
Si voy de vacaciones en avión, salen tantos litros de keroseno por persona que si voy yo solo en mi deportivo. Aunque prefiero ir en avión, porque el keroseno se ve que es más barato que la gasolina. Y aunque pague tasas de aeropuerto, me evito los peajes y eso sí, llego mucho antes.
Vistas las opciones, la solución más asequible en términos ambientales, económicos y sociales, es lo que tengo: Un utilitario de 6 cilindros, con el que rodar a más de 200 km/h (legalmente, de momento, veremos por cuánto tiempo) respetando mucho más el ambiente que modernos calderos a 120. ¿Ha muerto la tecnología?
No debe de faltar mucho para que en España caiga un modelo impositivo para los coches del tipo europedo: Por lo que contaminas. Pensemos lo que tenemos, lo que necesitamos, lo que pagamos, y la calidad del servicio. En un mundo tan loco, seguid haciendo un favor al planeta y a vosotros mismos... Conducid vuestro Calibra! Y cuanto más rápido, más os reireis.