Mosqueado por el asunto me pongo en contacto con el número que aparece en la factura hasta que después de escuchar varias grabaciones me sale un operador humano al que le cuento la situación y le pido explicaciones.
La explicación es muy sencilla: He contratado el producto hace cuatro años y lo estoy pagando a precio de hace cuatro años. Existe un nuevo producto actualmente que cuesta 10 euros en vez de 25 euros.
Lógicamente le pregunto por la diferencia entre ambos productos. Su respuesta: "No hay ninguna diferencia. Hacen exactamente lo mismo, pero uno cuesta 10 euros y el otro 25". Además, hoy no es posible contratar el producto que tengo yo: Ya no existe.
Llegados a este punto, me cabreo y le pregunto que si le parece normal eso, le digo que quiero la nueva tarifa y que me devuelvan el dinero que he estado pagando de más (15 euros mensuales) desde que ha cambiado la tarifa, o, como a ellos les gusta decir, "el producto".
Su respuesta es que no es posible devolverme el dinero, tengo ese producto contratado blah blah blah, pero que me pueden cambiar la tarifa. Sin embargo, ha reconocido que la situación de las tarifas es un tanto "komisch".

Por supuesto que quiero cambio de tarifa, pero para eso tengo que llamar a otro número, que me dicta por teléfono, algo así como "atención al cliente". Vale, -pienso- si este número al que voy a llamar ahora es "atención al cliente, ¿vosotros qué sois? "puteo al cliente"?

Cuelgo y llamo al siguiente número. Repito la situación y me dan un nuevo número, de algo que viene a ser "gestión de tarifas". O sea que lo de "atención al cliente" es un eufemismo por "mareo al cliente".
En el tercer número digo directamente que quiero cambiar mi producto de tarifa plana sin darles mi nombre siquiera. Cuando me piden que me identifiquen, les doy el número de cliente (que eso somos para ellos). Sorprendentemente, en su incompetencia aún tienen una dirección antigua, de hace más de dos años, así que les tuve que dar mi dirección nueva. Pero bueno, cabrones, los recibos (inflados) bien que me llegan puntualmente a mi dirección actual.
Bueno, al final, con sólo decir que quiero la tarifa nueva, parece que queda cambiada de ahora en adelante (ya lo veremos). Como el mes que viene me llegue la tarifa vieja, ya no llamo. Doy orden al banco de devolver el recibo, les pongo un burrofax cancelando todo contrato con ellos y me voy a otra compañía, que me va a cobrar lo mismo y además tendré que cambiar los números de teléfono. Pero que se escuernen entre ellos, no te jode!

El cabreo que tengo no tiene nombre y no quiero ni pensar la cantidad de meses que he estado pagando este sobreprecio en mis comunicaciones por simplemente no saber que habían cambiado las tarifas y exigido una tarifa nueva.
Damen und Herren, ésta es la forma que tiene la Deutsche Telekom de tratar a los clientes antiguos (porque a los nuevos les hace ya el precio chachi). Sí, ya sé que las telecos son igual en todos lados, lo vengo diciendo desde hace tiempo. Hijos de puta.